- Domingo, 19 Agosto 2012 02:25
| ABRAHAM SANZ
Corroto reconoce que "Jaulas"
es su corto de mayor éxito hasta el momento tras recibir este
reconocimiento internacional • Ya prepara un nuevo trabajo que verá la
luz este otoño en formato documental sobre la infancia y el síndrome de
Down • Se muestra contrario al cierre del Moderno, espacio que considera
una buena alternativa a la cultura de "Happy Meal y centro comercial"
para las familias.
Guadalajara vuelve a traspasar fronteras gracias al cine, al corto “Jaulas” de David Corroto (Madrid, 1979). Si
bien es madrileño de nacimiento, se siente alcarreño de adopción dado
que se encuentra muy vinculado a la provincia y a su mundo cultural
desde hace casi una década. Es más, la productora con la que trabaja no
es otra que la asociación de Guadalajara Annus La Negra. Con esta llevó a
cabo "Jaulas" –parte fue rodada en Valfermoso de Tajuña- y "El último
baile" -su primer corto, rodado en el teatro Buero Vallejo- así como
también apadrinará su próxima creación, “Una mirada entre mil”.
Corroto irradia satisfacción al hablar del galardón logrado y de la
importante gira internacional que este trabajo ha tenido. “Es el corto
que he hecho que mayor éxito ha obtenido”, indica aunque reconoce que
por la temática elegida sobre la mujer, el maltrato y la ancianidad,
podría tener una importante aceptación al ser un tema de lo más
“universal”. No sólo ha
obtenido el reconocimiento en Bolivia, sino también en Madrid en el
festival de Moratalaz y, en breve, se podrá ver en la capital francesa
en un nuevo festival. “Creo que
la selección fuera de España es más objetiva”, afirma y denuncia la
existencia de amiguismos en algunos festivales a la hora de cribar las
películas.
Corroto
tampoco tiene pelos en la lengua en tachar de “atraso total” el cierre
del Teatro Moderno, lugar que considera una buena alternativa –como lo
era- a la cultura de “happy meal y centro comercial” para los padres.
Por otra parte, no tiene más que palabras de elogio para Guadalajara.
Considera que goza de una “importante” actividad cultural a nivel de
asociaciones y resalta el “interesante” movimiento cinematográfico que
existe en la capital alcarreña gracias a agrupaciones como Baidefeis o
Cinefilia.
Para todo aquel que no haya visto su corto y que aún está a tiempo de hacerlo, coméntenos su argumento.
Dura muy poco, son 14 minutos, para
la densidad que podía llegar a tener. La historia versa sobre dos
mujeres de diferentes generaciones que se encuentran en una residencia
de ancianos. Una trabaja como trabajadora social mientras que la segunda
es una anciana que ha sido allí abandonada. Empiezan a darse cuenta que
las dos están enjauladas en sus vidas. La señora mayor quiere salir de
ahí y seguir su vida; mientras que la más joven es maltratada por su
marido. La anciana se da cuenta y le da la oportunidad de salir de ese
mundo e irse a Asturias para cambiar totalmente de vida. Me daban mucho
miedo las escenas de maltrato porque no quería mostrar escenas duras. No
queríamos golpes, sino sólo el momento de tensión previo. De hecho, al
principio no quería sacar ni siquiera la cara del actor, que fuera sólo
una sombra amenazante.
¿Qué supone para un cineasta como usted ganar en el Festival Solidario de Sucre en Bolivia con un corto como “Jaulas”?
Supone
el primer premio internacional para mí y para el cortometraje. Un
reconocimiento importante a este trabajo que además nos ha abierto
puertas porque nos lo han pedido para otro certamen en París. Una chica
francesa me escribió al verlo en el festival de Bolivia ya que señalaba
que encajaba bastante bien para el que ella organiza en Francia. Se lo
enviamos y ahora estamos esperando.
Este festival se centra en trabajos con temática social y además participaron más de 180 cortometrajes…
Es
la octava edición de este festival. Se dedica a tratar temas sociales y
cada año varía la temática. En esta ocasión, el tema fue “Madre, mujer y
naturaleza”, de ahí que encajara tan bien nuestro corto. Es un certamen
que cuenta con bastante prestigio y se encuentra dentro de la red de
festivales de cine social y derechos humanos que aúna los mejores
festivales de Europa, Asia y América Latina. Además, cuenta con un
jurado bastante serio por lo que estamos más que satisfechos por este
galardón.
“Jaulas” no sólo se ha visto en este festival, sino que además, ha estado girando por Latinoamérica llegando incluso a EE.UU.
Estuvo
primero en Argentina, luego en Chile, México e incluso ha llegado a
EE.UU; mientras que en Europa se ha proyectado en Italia. También se ha
podido ver en España en localidades como Burgos o Madrid. Aquí nos
dieron otro premio, en este caso al corto y a la actriz Mari Pili San
Juan.
¿Es complicado ser profeta en tu tierra?
Es
complicado. En España ya hay una serie de cortometrajes que ya copan
las selecciones de los festivales, por lo que casi tiene más valor que
te elijan fuera que dentro porque el circuito español se mueve mucho por
amiguismos… También la presencia de algún famoso en un corto tira más…
No son todos los festivales así, pero hay casos en los que sí. Creo que
la selección es más objetiva en el extranjero. No obstante, también he
de decir que hay mucho nivel en nuestro país como en los festivales de
Medina del Campo o Alcalá de Henares; así como hay otras producciones
con grandes presupuestos como uno que está girando ahora sobre niños
soldado que ha costado cerca de 50.000 euros. “Jaulas”, por ejemplo,
costó sólo 3.000 euros…
Un premio en Madrid, ahora otro en Bolivia, ¿creía que iba a tener tanto éxito con este cortometraje?
La
verdad es que no. Sabía que podía gustar porque la temática sobre la
mujer, el maltrato y la ancianidad es un tema muy universal. Ha sido el
corto de mayor éxito que he realizado. Con "El Último Baile" ganamos un
premio en 2006 a la mejor dirección. Era un corto que me gustaba mucho,
pero pequé mucho de novato. Se rodó en el Buero Vallejo, mil butacas, un
solo iluminador, trabajando de noche…
Comentabas que el tema de la ancianidad te marcó especialmente a la hora de hacer este corto, ¿cuál fue el motivo?
A
mi abuela la llevaron a una residencia cuando yo era un chaval y hubo
una cosa que se me quedó clavada. Cuando la dejábamos allí, se dijo:
“mira, se queda como un pajarito”. Y era verdad y en esa frase se
recogía la dura realidad de una persona mayor. En el corto quise
reflejar, y no con toda la dureza que podía suponer esta situación, este
momento pero con un atisbo de esperanza: muchas veces, necesitamos la
mano de otra persona para darnos cuenta de que podemos salir de esa
jaula social en la que nos encontramos.
Y ahora, ya enfrascado en el tramo final de un nuevo corto…
Es
el primer documental que llevo a cabo. Se llama “Una mirada entre mil”,
en el que entrevistamos a padres sobre sus hijos que padecen síndrome
de Down, pero en ningún momento se habla de la discapacidad. Queremos
mostrar, sobre todo, que son niños; y padres que hablan de sus hijos con
normalidad. Al principio se ve a los chicos de espaldas, sin el rostro
característico de esta discapacidad y no se desvela hasta el final. El
mensaje es que, ante todo, son niños con sus miedos, sus alegrías, sus
problemas... y que son personas muy válidas para la sociedad.
Como cineasta ya curtido en este mundo, díganos: ¿Del cine se puede vivir o, mejor dicho, de rodar cortos se puede vivir?
En
mi caso no. Del cortometraje no se puede vivir, salvo que te dediques a
hacer producciones publicitarias o industriales; o salvo que hagas un
corto cada año y te forres en premios…Es una tarjeta de presentación o
una forma de hacer cosas nuevas.
¿Se ha planteado dar el salto al largometraje?
Tengo
varias ideas pero son complicadas porque suponen más presupuesto, más
tiempo… Ahora hay nuevas oportunidades a través de internet, pero algún
día, sí me gustaría dar este salto.
Aunque
no es de natural de Guadalajara, es cierto que ha estado y sigue
estando muy vinculado a la ciudad. Desde su punto de vista, ¿qué momento
vive el mundo cinematrográfico en la ciudad?
Hay
gente muy buena y con muchas ganas. Es otra parte que me gusta mucho de
la ciudad. Cinefilia, Baidefeis... hay un movimiento cinematrográfico
en Guadalajara muy interesante en el ámbito de cortos con gente muy
capaz, con historias muy bonitas, muy buenas y con mucho futuro. De
hecho, creo que deberíamos hacer una asociación de realizadores. Además,
cada vez la gente se proyecta más hacia fuera como Julián de la Fuente o
Israel Calzado; y este trabajo debería valorarse más. Guadalajara
cuenta, a pesar de que la gente se queje mucho, con una gran actividad
cultural a nivel asociativo que debería contar con mayor apoyo
institucional.
Supongo que estará al tanto del tema del verano, el cierre del Teatro Modeno, ¿qué opina?
Su cierre me parece un atraso total. Tener
un teatro con mil butacas está muy bien, viste mucho… Pero el teatro
Moderno, que es un lugar donde podemos actuar quienes no tenemos cabida
allí, es un espacio muy cercano y que se cierre, me parece una
jugarreta. Me parece el sitio ideal para proyectar cortos, películas así
como para hacer un teatro más íntimo. Es un espacio del pueblo. Yo
puedo pedir la sala a la Junta para ofrecer mi espectáculo que llevo
meses preparando. El Buero es más institucionalizado.
¿Cómo cree que puede perjudicar si se confirma finalmente su privatización?
La
lógica pasa porque si un teatro se privatiza, el que asuma su gestión
querrá sacar un rendimiento económico. Si finalmente fuera así, sería
necesario un acuerdo entre la Junta y la empresa, para que las
asociaciones de Guadalajara tuvieran una cabida en ciertos momentos, sin
perjudicar la gestión de este espacio. No obstante, lo ideal es que lo
llevase la Junta o una agrupación de asociaciones o alguna fórmula
similar.
¿Forma parte de la plataforma en contra del cierre del mismo?
Estuve
en la primera reunión, pero el problema de este primer encuentro fue
que se politizó demasiado. En vez de buscar soluciones, se buscaban
culpables. Lo esencial era buscar fórmulas para que una persona como
Loli, no se quedara sin empleo; o para que siguiera habiendo una
programación cultural digna para Guadalajara. Aparte de esto, me gustó
que se movilizara tanta gente por esta causa. No sé si soy miembro o no
de la plataforma, sé que he firmado en contra del cierre del Teatro y
apoyo sus acciones. Y es que el teatro estaba fenomenal. Que estuviera
abierto era bueno para los padres como alternativa a la cultura de Happy
Meal y centro comercial, porque el domingo se llenaba el teatro con
espectáculos infantiles. Encima, el Gobierno municipal dice que quiere
revitalizar el centro… no sé como quiere hacerlo si se cierran estos
espacios.
Otro
ataque que va a sufrir el mundo de la cultura es la subida del IVA a
partir de septiembre, ¿cómo puede afectar al sector del cine?
Para la gente que vive de esto o los que queremos vivir de esto pasar de 8 a un 21, resulta
inasumible. En algo como la cultura, que debería ser mucho más
accesible, me parece una barbaridad. No creo que se recaude más por el
hecho de subir el IVA, sino que se va a reducir el consumo. Incluso, se
van perder empleos cuando es un sector que genera muchísimos puestos de
trabajo… No entiendo nada. Yo doy por hecho que en el mes de septiembre
las salas de cine van a estar vacias. Si yo fuera un cine, cerraría
hasta octubre. Se puede subir el IVA, pero no hasta esos límites. Ahora
las empresas, como los cines Renoir, van a asumir la subida, pero a
costa de obtener menos beneficios y eso a su vez, trae como consecuencia
nuevos despidos.
Con estas medidas, ¿se está destruyendo la cultura?
La
cultura no se la pueden cargar. Si no se puede hacer cultura con mucho
dinero, se hará con poco. Si no se proyectan cortos en el Moderno, se
proyectarán en la calle. La cultura no muere, pero se perjudica a la
gente que quiere vivir dignamente de ella. Se transformará y, además, la
gente de la cultura es comprometida con su profesión.
Por último, ¿cómo contempla la influencia de internet en la industria del cine?
Ver
una película como "Prometheus" en sala, no te lo da internet. Pero
ahora es una vía más de difusión. Existe una crisis de formato. No se
sabe por donde tirar, ni siquiera las grandes productoras. Internet ya
no es el futuro, es el presente; pero no creo que sea el mejor lugar
para ver una película. El cine debe verse en una sala, en una gran
pantalla. El problema que tienen las productoras es que no saben donde
poner el peaje para cobrar y no lo han puesto en el momento que debían
hacerlo. Además, hay un problema de educación en el que hay gente que no
valora que hacer una película cuesta dinero y que te dice que no
pagarían un euro por verla.